En
esta tercera entrega del ADN Logopost queremos hablaros de una característica
de la que estamos muy orgullosos y que, como muchos otros valores, nos
transmitió nuestro fundador con su forma de ser y hacer: siempre se puede
mejorar. Y es que ante las situaciones que surgen en los diferentes proyectos o
en la relación con los clientes, nos gusta defender aquello en lo que creemos y
buscamos dar siempre las mejores soluciones. Por supuesto, también afrontamos
nuestros errores cuando los cometemos. Como hemos venido haciendo en esta
sección, os explicaremos esta característica de nuestro ADN a partir de
ejemplos y anécdotas que creemos que ilustran muy bien esta parte de nuestra
cultura de empresa.
Somos gente de acción
Cuando decimos que hablamos con los hechos, lo decimos en serio, y nos esforzamos en demostrar nuestro compromiso con acciones concretas. Es algo que se ha inculcado siempre en la compañía.
Un caso que siempre recordamos es el de unas marquesinas que instalamos en Mallorca. El cliente nos decía que se rompían los cristales y allí que fuimos. Estábamos convencidos de que el problema no era de nuestro producto y queríamos demostrarlo en persona. Allí estaba Jose Luis Postigo, con su carisma, pidiendo un gato de coche al cliente para después lanzarlo contra el vidrio y de esta forma demostrar que los cristales eran de la calidad acordada. Los presentes contuvieron la respiración y el vidrio, no se rompió.
Por eso decimos que cada producto que lanzamos, cada servicio que ofrecemos y cada mejora que implementamos son un testimonio de nuestro compromiso constante con nuestros clientes, porque siempre que ha habido un problema, nos hemos personado para dar la cara.
Lo damos todo
Uno de nuestros objetivos es intentar siempre dar lo mejor de nosotros. Buscamos constantemente formas de superar las expectativas de nuestros clientes, en nuestros productos y en el servicio que ofrecemos siempre prima la calidad, y si por algún motivo no conseguimos los pactado (luego hablaremos porque también cometemos errores), no paramos hasta conseguirlo.
Cristina Sánchez Postigo nos recordaba que, antes de trabajar en Logopost, hubo un problema con un proyecto y no llegaban a tiempo a servirlo. Su madre le llamó y su hermana, su cuñado, su marido y su padre acudieron a pelar vinilos un sábado para que el lunes estuviese todo listo y pudiese salir destino al cliente.
Esta exigencia es aplicable en todos los ámbitos de nuestro trabajo, desde la selección de nuestro equipo y colaboradores hasta la manera en la que nos comunicamos entre nosotros. En cuanto a nuestros productos, examinamos cada detalle para garantizar que nuestros clientes reciban lo mejor. Es una de nuestras máximas y motivamos a quienes nos rodean a superarse constantemente.
En nuestras manos está siempre ofrecer las mejores soluciones, aunque requiera sacrificios, y en eso podemos decir con orgullo que todo el equipo está en sintonía. Vamos todos a una y remamos juntos para dar lo mejor de nosotros.
Nos gusta la cercanía
Uno de los aspectos que nos hace únicos es la cercanía. Nos enorgullece estar cerca de nuestros clientes, para entender sus necesidades y deseos de manera más profunda. Nos esforzamos en mantener una comunicación abierta y constante.
En Logopost los cargos tienen una importancia muy relativa. Cualquier miembro de la empresa, desde el equipo directivo hasta la última persona que se incorpora en un cargo junior en la empresa, puede acabar interactuando directamente con el cliente para ofrecerle respuesta a su necesidad.
De hecho, si estás leyendo esto y nos conoces un poquito, sabrás de lo que hablamos. Trabajamos todos los proyectos con la misma pasión y realizamos un seguimiento muy personalizado a todos ellos independientemente del tamaño.
Asumimos nuestros errores
Somos humanos y, como tales, cometemos errores. Pero lo que nos hace diferentes es nuestra voluntad de asumir responsabilidad por ellos. Cuando nos equivocamos, no evadimos la culpa ni escondemos nuestros errores. Los enfrentamos, los corregimos e intentamos aprender.
Asumir los errores es una parte vital de nuestra integridad como empresa. Sin ir más lejos, este verano tuvimos un problema en una de las letras de un directorio principal de un complejo de oficinas. Al ir a solucionar el problema, observamos que había habido un fallo de montaje. Nuestros operarios tomaron nota y decidieron cambiar el tipo de fijación, el cual utilizarán a partir de ahora en el resto de proyectos similares.
Somos personas de confianza
Cuando empezamos una relación con clientes nuevos, siempre decimos que es como un noviazgo, que el camino se hace andando. Pueden confiar en nosotros y así lo demostramos proyecto a proyecto. No porque todo lo hagamos bien, sino porque cuando no lo hacemos, tiramos para adelante y buscamos la solución perfecta para cada caso.
Escuchamos siempre las peticiones y propuestas de nuestros clientes y nos esforzamos por construir relaciones sólidas basadas en la confianza mutua. Muchas veces no es fácil, pero creemos en que todas las relaciones (laborales y personales) deben de basarse en la confianza y siempre tratamos de conseguirlo.
Un ejemplo de ello es un proyecto, donde hicimos la señalización interior y exterior. Uno de nuestros proveedores nos entregó el material con mucho retraso, hicimos turnos para ayudar en el embalaje y que pudiesen llegar los elementos a tiempo para la inauguración del edificio.
En definitiva, hablar de mejora continua parece que se haya convertido en un frase vacía mil veces utilizadas por las empresas, pero como habrás visto, en Logopost nos lo tomamos realmente muy en serio. Como bien decía nuestro fundador «siempre podemos hacerlo mejor». 37 años más tarde, seguimos creyendo en ello y estamos convencidos de que tenía toda la razón.